Brzezinski y su visión del “estado vasallo” de Europa Occidental

La cruda realidad es que Europa Occidental, siguen siendo un protectorado estadounidense, unos Estados aliados que recuerdan a los antiguos vasallos y tributarios, decía Zbigniew Brzezinski, en El gran tablero mundial, cuyo subtítulo La supremacía estadounidense y sus imperativos, decía mucho de su contenido y alcances geopolíticos.

Publicado en 1997, luego de la desintegración del bloque comunista, este libro no ha perdido actualidad, por sus implicaciones teóricas e históricas y explica la subordinación de Europa a Estados Unidos, como lo demuestra la guerra en Ucrania.

Para Brzezinski, era claro que tras la finalización de la II Guerra Mundial, Europa Occidental había quedado en un estado de vasallaje, pero significativamente débil.

Así, la OTAN proporcionó desde sus inicios, los principales mecanismos para el ejercicio de la influencia estadounidense en los problemas europeos. La presencia militar estadounidense fue desde entonces, políticamente crucial. 

Al analizar la etapa de la guerra fría, el conflicto se libró, mayoritariamente, en las periferias de la propia Eurasia. El bloque sino-soviético dominaba la mayor parte de Eurasia, pero no controlaba sus periferias. Norteamérica logró atrincherarse en las costas extremo-occidental y extremo-oriental del gran continente euroasiático. 

La defensa de esas cabezas de puente continentales fue por lo tanto el primer test estratégico de la que habría de conocerse como la guerra fría, y lo sigue siendo en la actualidad.

En esta obra, reconocía que el alcance y la penetración del poder global estadounidense en la actualidad son únicos. 

Además de controlar todos los océanos y mares del mundo, los Estados Unidos han desarrollado una capacidad militar activa en el control anfibio de las costas que les permite aún proyectar su poder tierra adentro de maneras políticamente significativas. 

Sus legiones militares están firmemente asentadas en las extremidades occidental y oriental de Eurasia, pero ahora también están mas cercas de Rusia.

“Los vasallos y tributarios de los Estados Unidos, algunos de los cuales ansían verse ligados a Washington por unos vínculos más formales, salpican el continente euroasiático en toda su extensión”, enfatizaba en su Brzezinski.

Pero mas directo no podía ser este politólogo norteamericano de origen polaco, cuando dice:

Para usar una terminología propia de la era más brutal de los antiguos imperios, los tres grandes imperativos de la geoestrategia imperial de Estados Unidos en Eurasia, son:

1. impedir choques entre los vasallos y mantener su dependencia en términos de seguridad, 
2. mantener a los tributarios obedientes y protegidos e 
3. impedir la unión de los bárbaros.

Y esta es la política que aún mantiene EE UU en Europa.

El problema, no obstante, es que no existe una Europa verdaderamente «europea». Es una concepción, una noción y una meta, pero todavía no es una realidad. Europa Occidental es ya un mercado común, pero todavía está lejos de ser una única entidad política. Una Europa política está aún por surgir. 

En estado actual de vasallaje, reflexionaba Brzezinski, no resulta saludable, ni para los Estados Unidos ni para las naciones europeas.

El autor de El tablero mundial reconocía la necesidad de establecer un equilibrio entre Estados Unidos y Europa, pero tal como se ve por la guerra de Ucrania, este objetivo está muy lejos de suceder, pues Europa está subordinada a los objetivos de EE UU y la arrastra a una guerra inimaginable.

Mi conclusión es que antes era Europa que arrastraba a EE UU a la guerra por sus problemas de equilibrio de poder, ahora es la potencia norteamericana quien arrastra a Europa por sus objetivos geoestratégicos imperiales.

Cabe recordar que Z. Brzezinski, fue consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter  y que tuvo una gran influencia con sus teorías geopolíticos, no solo a nivel académico, sino también histórico. Sin dudas era un gavilán de la geopolítica hegemónica de Estados Unidos.