Del hombre nuevo al “homo sovieticus”
El concepto de Homo Sovieticus describe una identidad moldeada bajo el sistema comunista soviético. Este término se desarrolló en el contexto de la Revolución Rusa de 1917, que impulsó la idea de transformar la sociedad y el individuo hacia un “hombre nuevo”, acorde con los ideales socialistas. Sin embargo, en décadas posteriores, este ideal evolucionó hacia una figura más crítica y compleja, cuando el escritor Aleksandr Zinóviev lo renombró como Homo Sovieticus, representando al ciudadano soviético moldeado por un régimen autoritario. Svetlana Aleksiévich, en su obra El fin del Homo Sovieticus, exploró el declive de esta identidad tras la caída de la URSS.
El hombre nuevo en “Literatura y Revolución” de León Trotsky
En Literatura y Revolución (1924), Trotsky argumenta que la Revolución Rusa no solo transformaría las estructuras económicas y políticas, sino también al ser humano. Plantea la creación del “hombre nuevo”, un individuo que, a través de la abolición de la explotación de clases y la creación de una sociedad socialista, se liberaría de las limitaciones impuestas por el capitalismo. Este “hombre nuevo” sería más consciente, colectivo y libre, con un carácter creativo y orientado al progreso.
Homo Sovieticus en Aleksandr Zinóviev
En 1982, Aleksandr Zinóviev publicó Homo Sovieticus, una obra en la que critica la evolución de la sociedad soviética y la mentalidad colectiva que surgió bajo el régimen comunista. Describió a Homo Sovieticus como un ciudadano conformista, adaptado a la mediocridad, con una desconfianza hacia la innovación y una tendencia a seguir órdenes sin cuestionarlas. Para Zinóviev, este tipo de ser humano era un producto directo de las condiciones sociales, políticas y económicas impuestas por el sistema soviético.
El fin del Homo Sovieticus por Svetlana Aleksiévich
En su libro El fin del Homo Sovieticus (2013), Svetlana Aleksiévich recoge una serie de testimonios de personas que vivieron en la Unión Soviética y en la Rusia post-soviética. A través de estas voces, describe la profunda desorientación y crisis de identidad que sufrieron los ciudadanos tras la caída de la URSS. La obra examina cómo el sueño socialista y la identidad colectiva se desmoronaron, dejando una sensación de pérdida y vacío en aquellos que habían sido moldeados por ese sistema.
Conclusión
El ideal del “hombre nuevo” propuesto por Trotsky fue concebido como una figura emancipada de las ataduras del capitalismo y orientada hacia un futuro colectivo y creativo. Sin embargo, con el paso de las décadas y la evolución del régimen soviético, ese hombre nuevo se transformó en el Homo Sovieticus descrito por Zinóviev: una figura conformista, pasiva y adaptada a las restricciones de un sistema burocrático y autoritario. Finalmente, la obra de Aleksiévich muestra cómo el colapso de la URSS no solo significó el fin de un sistema político, sino también la desaparición de esa identidad colectiva, dejando a los ciudadanos en un limbo de desarraigo y desorientación.
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